Maitane Atienza

GRAFOMOTRICIDAD

 LA IMPORTANCIA DEL DIBUJO Y FORMAS DE INTERPRETARLO

La grafomotricidad la podemos definir como el movimiento grafico que realizamos con la mano al escribir o dibujar.

Entraría dentro del desarrollo motor fino, es decir, los movimientos que realizamos con los brazos y manos al sujetar diferentes objetos. Su objetivo en la etapa infantil es que el niño/a adquiera las habilidades necesarias para que llegue a expresarse por medio de signos escritos.

Además, les permite situarse mejor en el espacio grafico: arriba-abajo, izquierda-derecha, delante-detrás, favoreciendo la creatividad y comunicación ya que el dibujo permite salir a la luz lo que está en nuestro subconsciente.

La grafomotricidad tiene una serie de etapas:

Primero se pasa por el garabateo para después ponerle significado y llenarlo de detalles y pasarse a llamar dibujo y por ultimo comenzar con la escritura y su comprensión.

El garabato tendría dos componentes: El gesto y el trazado. El primero, nos permite observar la intencionalidad del dibujo, si tiene o por el contrario se ha hecho al azar. El segundo, nos muestra el dominio y su desarrollo motor fino.

El paso del garabateo al dibujo pasa por tres niveles: el motor, el perceptivo y el de representación.

·         El primero dura hasta los 20 meses.

El niño dibujo en forma homolateral (si coge el lápiz con la mano derecha tendera a dibujar en la parte derecha y viceversa)

Tiene tendencia centrifuga (el dibujo partes desde el punto más cercano y se prolonga hacia los lados.

·         El segundo dura desde los 20 hasta los 30 meses.

En un primer momento es el ojo quien sigue a la mano, pero poco a poco gracias a la maduración del cerebro, el ojo pasa a ser guía y dirige a la mano.

·         El tercero dura de los 30 a los 48 meses.

El niño/a comienza a dar significado al dibujo, al principio no muy comprensible aunque con el tiempo acabara siendo más real.

Los dibujos nos dan pistas de su carácter, personalidad, miedos, etc.

Respecto a la forma de dibujar nos podemos fijar en una serie de rasgos:

EL MODO:

Relajado

Forzado: Manifiesta de alguna manera que está inquieto, preocupado por algo.

EL ESPACIO:

Ocupa todo: Seguridad, confianza, ganas de explorar, etc.

Ocupa zonas/Garabatos pequeños: Timidez, introversión, etc.

LA PRESION:

Ligera: De naturaleza sensible

Marcado: Con energía fuerte.

EL PUNTO DE INICIO:

Debería ser el centro coincidiendo así en la forma en la que él se ve frente al mundo (Importancia del yo del que habla Freud en el desarrollo socioafectivo)

EL TRAZO:

Firme: Seguro, confiado, con soltura.

Tembloroso: Con algún miedo. (ej.: a la respuesta del adulto frente a su dibujo)

LA FORMA:

Líneas largas y rectas: Agresividad o falta de control de los impulsos.

Formas onduladas: Mayor control sobre sí mismo, y mayor complicidad afectiva con las figuras de apego.

 

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